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☼Entra y sueña en un mundo difícil de creer ♫

12.6.10

Capitulo IV

Hola, raiios por un incoveniente tuve que subir este capitulo un poco más tarde. =$ Bueno espero que les gusteee... y no se aburran. Que pasen un fin de semana hermoso y lleno de inspiración. Y GRACIAS a las personas que me están siguiendo y apoyando en esto...





Capitulo IV


Sus pasos eran lentos, ella no tenía prisa por llegar temprano al instituto. Sólo tenía que ir y soportar las clases, aunque últimamente no eran tan aburridas. Había cambiado el jean por un pantalón negro de licra, pero siempre llevaba puesta esa capucha ploma, lástima que su cabello era tan hermoso para que lo encerrara dentro.
Siempre cabizbaja y sin importarle los demás cruzó la pista una cuadra antes del instituto. El autobús pasó a su lado y se detuvo en el semáforo que estaba en rojo. A través de la ventana Drake la vio caminando; al principio no la reconoció porque no vio su rostro pero lo que le hizo pensar que era ella era el hecho que siempre llevaría esa capucha. Ella ni siquiera se había fijado con quien se cruzaba.





Las puertas del auto bus se abrieron y él bajó intentando seguirla, mientras George se le quedaba mirando y preguntándose qué diablos le pasaba y a dónde iba.
Hola –saludó, Drake dando un leve bostezo.
Se había pasado la noche casi sin dormir por pensar en cómo disculparse con Morrison, además de dedicarse a preguntar muchas cosas sobre ella.
Ella no le respondió y siguió andando, apretando el paso.
Bueno… Sé que no quieres hablarme, creo que fui un poco duro con lo que te dije ayer. –se metió las manos al bolsillo. –Morrison, crees que—
Extendió un brazo y le tocó el hombro. Morrison levantó la vista con urgencia, como siendo despertada de un sueño y luego al ver que era Drake volvió a bajarla. No se había dado cuenta que él estaba ahí.
Ward, hoy hablaré con el profesor Chon, para que nos reasignen los grupos. No tienes porqué forzarte a hablarme –sentenció, y prácticamente corrió hacia el instituto. Sólo que no lo hizo, su paso era rápido pero no parecía que llevara prisa, se veía elegante caminando, pensó Drake.
Prácticamente se abofeteó la cara con la mente.
Espera –le gritó cuando ella estaba más adelante.
Qué tipo tan odioso –murmuró Morrison. –Cree que todo gira en torno a él.
¿Qué? –se volteó con fuerza.
Drake estaba frente a ella, sus cuerpos rozaban por haberse encontrado repentinamente. Drake se sonrojó y Morrison contuvo la respiración. No había tiempo, los minutos pudieron haber pasado, pero el tiempo para ellos era nulo. Para no perder el equilibrio, Drake la sostuvo de los hombros y ella le cogió los codos, inconscientemente a la vez.
Otra vez, ¿qué tenía en los ojos? –pensó Drake.
Grises verdosos, como el horizonte donde se mezcla el prado y el cielo; parecido a un paisaje imposible de capturar en un cuadro, tan profundos como un mar traicionero, y tan brillosos como una estrella surcando su propio firmamento. Sin haberla tocado su rostro y su piel se veían tan sedosos y frágiles. Ella, era delgada pero no tanto, un par de centímetros menos que él, considerando que él medía metro ochenta o por ahí.
Qué hacía él –se preguntó ella, intentando no tocarlo mucho.
Cómo podía lograr que ella se sintiera así, si era tan sólo un chico egocéntrico y mimado. Por qué esos ojos eran como su ¿perdición? Algo estaba mal.
¿Había desayunado comida en mal estado? Se preguntó. No, ella no había desayunado aún, así que no podía culpar a su desayuno por lo que sentía.
Ella terminó por soltarse; algo que la dejó vacía por una fracción de segundo, y dejando caer los brazos retrocedió un paso. Drake tuvo que soltarla, aunque en el fondo quería permanecer así, contemplando esa belleza inusual. No era una situación tan embarazosa pero se vería ridículo así con la cara embobada. Sus ojos destellaron cuando se volvieron a mirar, ambos se estremecieron. Morrison divisó a lo lejos a Miriam que los miraba con los ojos entrecerrados. Volvió la vista hacia él y antes que el silencio se tornase vergonzoso él habló.
Sólo quería decirte que estoy en el grupo –se estremeció de repente.
Ella no contestó y dando media vuelta se encaminó nuevamente al instituto, como si nada hubiera pasado, cómo si ella no hubiera querido que nada de eso pasase.
Lo que sea Ward, a la salida justo aquí –gritó desapareciendo de su vista.
Justo lo que me faltaba, pensó Drake, una chica me tiene que mandar.
Morrison estuvo todo el tiempo fuera de clases, es decir, en realidad estuvo en ellas, en cuerpo; pero su alma estaba en otro lado, otro lugar muy fuera de ese. ¿Sería que tan sólo su toque…? No. No sería nada, terminaría con el trabajo y se alejaría de él antes que…, exacto, no sabía cómo completar esa frase pero cualquiera que sea la respuesta, no era muy buena que digamos además no quería ni pensarla.
Y, para concluir: Morrison. Nos podría hablar en que fecha se suscitó la Revolución Francesa –habló el profesor sacándola de las estupideces que rondaban su cabeza.
¿Qué tiene que ver la Revolución Francesa en el curso de filosofía? Oh, sí mucho. Pensó en una fracción de segundo.
En el año de 1789 un 14 de julio, profesor –contestó muy rápido, más rápido de lo normal. Todos sus compañeros la miraron por un momento mientras se encogía en su asiento y luego le quitaron importancia.
Bien, entonces desde ese acontecimiento universal comenzaron a producirse…
La clase volvió a transcurrir sin más preguntas, gracias a Félix Gale quien sacó otro tema para hablar, así que no era necesario estar pendiente en lo que hacían.
Sus pensamientos se tornaron algo misteriosos y decidió que mejor era prestar atención a la clase, aunque esas clases se las sabía de memoria.
¡Vamos!, ¡coge el balón! –gritó el entrenador.
George estaba fuera de sí cuando la pelota lo alcanzó y aterrizó en su cabeza. Drake se acercó corriendo a él para darle una mano.
Gracias, bro--–gimió y se desmayó.
Entre todos tuvieron que llevarlo a la enfermería. Había sido un golpe fuerte, ya que además que el balón lo golpeó, al caer su cabeza rebotó como el balón.
Tengo que atender a la clase, Ward. Quédese aquí. –le ordenó el Entrenador –. Avíseme si pasa algo ¿ok?
Drake asintió varias veces. 1) Estaba feliz de estar ahí; sólo porque no le tocaría correr diez vueltas al inmenso campo luego de la clase. 2) El sol era muy abrasador y él se sentía muy abochornado.
Se sentó fuera de la enfermería mientras la enfermera entraba y salía hablando por celular. Drake estuvo a punto de lamentarse de no tener uno, el último se le había caído a la piscina mientras entrenaba.
Usaría de excusa no ir a clases por tener que cuidar a su amigo.
¿Señor Ward? –preguntó la enfermera cogiendo una tabla donde iban engrampadas varias hojas.
Sí, soy yo –. dijo orgulloso.
Puede irse a clases, he llamado a la madre de su compañero y está en camino. Gracias por traerlo y preocuparse, ahora no preocupe más a sus profesores que lo esperan.
Dio un suspiro de frustración y a regañadientes salió de ahí para irse a clases.
¿Es que acaso tengo mala suerte? –pensó Drake, mientras se encaminaba a su casillero para sacar el libro de física.
Todos estaban en clase. No había nadie recorriendo los pasillos a excepción de Drake. Se dirigió al laboratorio.
El profesor no estaba pero al parecer había dejado que avanzaran algún proyecto, porque todos estaban haciendo algo.
Levantó la cabeza y comenzó a caminar entre los pupitres de a dos. Vio libre tres espacios.
Iba a sentarse en el primero cuando la chica gótica, llamada Even Hall colocó su bolso y lo miró con mala cara.
¿Eso podría pasar? Normalmente la gente lo acoge como él quiere.
En el segundo lugar estaba el ñoño de la clase, Martin Glen, él se alisó el cabello y se acomodó en el asiento, dándole palmaditas en el otro asiento para que Drake se sentara.
Hey, Drake –lo llamó una voz. Sin duda la reconocía pues era la voz de Miriam un asiento más atrás donde estaba él.
Hola, Miriam –respondió aliviado de no sentarse con Martin Glen, era raro.
Siéntate conmigo, Max está en alguna práctica de no sé qué y no vendrá hasta la salida–la sonrisa de Miriam era una de aquellas con las que se podía filmar un comercial de pasta dental. Su ondeado cabello rubio y sus ojos verdes la hacían más hermosa.
Ok –asintió nervioso.
¿Ocupar el lugar de Max por un día? Después de todo, la suerte no estaba tan mala. ¿O sí? ¿Qué pasaría si llegara Max justo en ese momento, se tendría que parar para sentarse con el adefesio de Martin Glen?
Excelente, soy buena en física –lo examinó completamente. –Podemos terminar y salir antes de la clase –bajo su tono a uno más atractivo.
Drake no sabía exactamente qué decir. Estaba estupizado. Por ella.
Claro –confirmó intentado que la voz no le temblara.
Miriam era un sueño, su sueño. Y ella misma le estaba pidiendo estar a solas con él, técnicamente aún seguían en clase pero valía y sobre todo eso era mejor que la buena suerte –pensó, Drake mientras la veía, con los lentes y los guantes perfeccionando su figura de modelo.
El profesor se acercó e indicó unas cosas más.
Morrison salió antes de lo previsto, al parecer la práctica número 6 era muy fácil para ella. Caminó sobre el asfalto e intentó no impacientarse, aún faltaban veinte minutos para que las clases acabaran y se juntara con Drake para coordinar todo el trabajo. Se sentó sobre la vereda cerca de un árbol, donde las hojas caían como copos de nieve.
Vamos, Drake –incitó, Miriam jalándolo del brazo para que avanzara más rápido a la salida.
Drake le regaló una sonrisa tímida y ambos avanzaron. Él sabía que tenía que esperar a Morrison justo ahí afuera, pero un par de minutos tarde no le haría daño a nadie, pensó.
Por fin, Miriam estaba con él. Aunque siempre lo había deseado, los celos posesivos de Max impedían que se hablaran si es que él no estaba cerca, pero como habían discutido un día anterior qué mejor forma que desquitándose de él saliendo con Drake.
Mira, en mi casa tengo un vestido hermoso que te quiero mostrar, Max no es muy considerado conmigo y nunca me ayuda a elegir uno, sobre todo para la fiesta del sábado, por eso quiero que tú me lo veas puesto. –recostó su cabeza en el hombro de Drake.
Claro –balbuceó.

Morrison estaba esperando hasta que escuchó la voz de Drake, no creyó que hablaba solo así que se paró y se escondió detrás del árbol.
Vio salir a Miriam y Drake casi abrazados. No estaba celosa. ¿Por qué debería estarlo? Simplemente era la impotencia de traerlo de las orejas para que cumpla sus deberes de grupo. Ella no estaba de humor para nada de caprichos como los de Drake. Caminó en dirección opuesta decidiendo ignorarlo y hacer que sea su responsabilidad, por su parte ella haría el trabajo, allá él.
Drake tenía dibujada en la cara la sonrisa más linda que se haya podido dibujar, pero no era porque Miriam estaba a su lado, había visto a Morrison mirándolos con una expresión no tan linda que digamos.
El móvil de Miriam sonó con la canción de Ke$ha – Tik Tok y contestó
No…, pero te fuiste –intentó no levantar la voz – ¿Dónde?..., estaré ahí en un minuto. Ok, bye… Te quiero –esa última palabra fue la que dejó frio a Drake.
Ambos se miraron y ella intentó disculparse con la mirada.
Max tuvo un contratiempo antes, pero me dijo que me estaba esperando a la vuelta para llevarme a casa. Fue muy dulce de tu parte querer acompañarme Drake –Se empinó en sus zapatos de cuero y le dio un beso muy cerca de los labios. La sensación fue fría y distante, no era lo que había imaginado que sería.
No te preocupes, de todas maneras te puedo acompañar al auto de Max –agregó.
No –lo silenció –No es necesario. Nos vemos mañana, Drake –le guió un ojo.
Y moviendo el trasero como una creída se alejó de él, dejándolo en nada.
Ok –intentó razonar. –Ahora… oh, sí, Morrison –y la sonrisa se le quedó grabada en la cara, claro no hasta siempre, sólo hasta que se dio cuenta que Morrison no había ido a dar sólo una vuelta, ella se había marchado.
No había forma que ellos se reunieran, siempre estaban repeliéndose como dos imanes. Tenían que tomar cartas en el asunto. Drake había puesta una carta en la mesa y al parecer Morrison se vio obligada a aceptarla, pero ahora la carta que le tocaba echar era desfavorable.
¿No tiene el registro de todos los estudiantes? –colocó sus manos en la mesa.
No damos esa información a los estudiantes –volvió a repetir la secretaria.
Oh, por favor, esto es un caso de vida o muerte…, necesito saber su número o dónde vive –rogó, Drake.
Eso es imposible, señor Ward. Ahora váyase a casa hacer sus deberes –le cerró la ventanilla que los separaba.
Esto es un horror –murmuró Drake –Morrison no me lo va a perdonar, desaprobaré historia universal y mi beca se irá al…
Algo interrumpió sus pensamientos. Una fragancia inundó la habitación y relajó a Drake. Él se giró sobre sus talones y la vio; sonrió mentalmente.
Aquí estás –murmuró, él con los ojos brillantes de felicidad.
No debería estarlo ¿sabes? –contradijo. –Pero mi nota es más importante ahora. -se metió las manos a los bolsillos.
Para mí también –respondió con torpeza. Algo hacia que su saliva resbalara sin control sobre su boca.
Comenzó a caminar hacia la salida.
¿Cómo quedamos? –preguntó, Drake.
Mal –respondió a secas.
¿Mal? –se alertó.
Tendré que trabajar contigo, eso es suficientemente mal, para mí.
Gracias por leer... Espero compartan su opinión.
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4 comentarios:

  1. Hola nena me esta gustando bastante tu historia de verdad Drake me sigue pareciendo un poco pagado de si mismo pero ojala reaccione y sobre todo se quite de encima al pegoste ese d Miriam q poca de verdad jeje q diria un española que morra la de la niña jeje en cuanto a Morrigan ya me entra la duda eso de desayunar??? uju pero q?? jeje siguela nena y no nos dejes tanto tiempo abandonados!! Besos!!

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  2. X cierto me encanta q allan interactuada mas entre ellos dos aunq a el no le caiga muy bien se ve q hay tension hay y tu forma de escribir no aburre de verdad!!! Saludos!! Cuidate y Feliz Domingo!!

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  3. Hola querida... me gustó mucho el capi, como siempre me quedé con ganas de mas;D... espero q subas pronto, haber como se les da lo de tenere que hacer el trabajo "juntos"jajaja... kisses querida;D

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  4. como siempre esperamos a leer el siguiente porque con tu forma de escribir se nos hace interesantisimo y cortito y nos quedamos con ganas de mas ;)

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